No me gusta mi trabajo, cómo cambio de rumbo.

No me gusta mi trabajo, cómo cambio de rumbo. Pero antes una historia.

7 am, suena el despertador, ya son 20 años en la misma oficina, con los mismos compañeros, con los mismos jefes/as, las mismas rutinas, las mismas tareas, la ausencia de retos, la desmotivación, la apatía y por fin la «bombillita interior» se enciende y nos dice: NO PUEDO MÁS.  

Existen multitud de razones para cambiar de trabajo, sí, puede que muchos ante la situación que vivimos se anclen a su silla con garras y cadenas, pero la felicidad, la satisfacción y la motivación no suelen «pegarse» de la misma manera. Todo nos lleva a parar, pensar y decidir qué hacer con nuestras vidas profesionales.

No me gusta mi trabajo, cómo cambio de rumbo.

Antes de empezar esta carrera de fondo, porque no nos engañemos, cambiar de carrera o posición profesional significa planificar, estudiar y organizar cada uno de nuestros pasos para evitar perder el tiempo o perdernos en misiones kamicazes. Algunos de estos pasos pueden ayudarte en «tamaña» empresa, pero antes algunas preguntas pueden ayudarte:

  • Qué me gusta hacer
  • Qué actividades hago bien o destaco
  • Qué aspectos de mi actual empleo no me gustan
  • Cuál es mi escala de prioridades laborales
  • Qué competencias requiere mi puesto deseado

Orientación A y Orientación B.

Siempre, durante toda mi experiencia como consultora de carrera y orientadora hablo de dos conceptos: la orientación A, a la que asocio la frase «es lo que quiero ser de mayor» y la orientación B, a la que asocio «es la que me paga la hipoteca, el agua, me da de comer». Revisados ambos conceptos tengo que tener claro en qué punto de mi trayectoria vital me encuentro, es decir, tengo el suficiente «cash» como diría una «insigne personajilla«, para mantener mientras llego a mi objetivo, o tengo que seguir trabajando para llegar al objetivo marcado.

Bienvenido/a de nuevo a la jungla.

Ya hemos revisado cuál es nuestra situación económica de partida, pero cuál es la situación económica «real», ¿estoy dispuesto/a a competir con «joveznos»  que cobrarían dos veces menos que yo por el trabajo que quiero realizar? En muchos casos, un cambio de rumbo, de sector o de profesión implica comenzar desde abajo, adquiriendo la experiencia necesaria para llegar al puesto o  la posición deseada. Revisa tu escala de prioridades y no te engañes, la bofetada de realidad puede ser monumental.

Libre como el mar.

Si estoy harto/a de ataduras y  quiero ponerme un freelance como apellido profesional, antes tengo que hacer números, capital que necesito para mi empresa, bienes, materiales, clientes, acciones comerciales, un buen plan financiero se hace imprescindible antes de lanzarse a la piscina del emprendedurismo.

Un cambio de carrera no siempre ha de estar relacionado con la forma de relación con la empresa, por tanto, no deben hacerse cambios radicales, a menos que hayan sido sopesados y planificados. Hacerse freelance (autónomo de toda la vida en modo cool) no sólo es la solución, debemos explorar todas las posibilidades, de grandes freelance están las sepulturas llenas…

Investiga cual Sherlock Holmes.

Quiero cambiar, estoy desmotivado/a… Antes de querer cambiar tengo que conocer el sector en el que quiero introducirme, qué proyección tiene, qué conocimientos se requieren, qué destrezas, qué estudios…. Y no sólo habrás de investigar, necesitarás contactar con gente del sector, para que te cuenten lo «no tan bueno», realizar entrevistas informales, contactos… No existe el paraíso,  pero si quizás algo que se le asemeje…

Estudia pero no te hagas «cursillista profesional».

En la planificación de cambio de carrera, la formación juega un papel primordial.  Deberás optimizar tu tiempo, no se trata de volver a la vida universitaria, se trata de ganar tiempo, la formación on-line, los máster executive y toda aquella especialización que pueda suponer un ahorro de tiempo te ayudará. Mientras, no realices cursos como un poseso/a, tu tiempo es dinero, el tiempo es esfuerzo que  tienes que dosificar para tu cambio de carrera. Listados de cursos interminables de 5 horas no te acercarán a tu posición deseada y la desmotivación acecha amigo/a.

¿Comprarías una casa antes de verla?.

Es una pregunta que suelo hacer a muchos de mis clientes,  queremos un cambio e idealizamos el sector hacia el que nos dirigimos, todos es bonito, con nubes de algodón, jefes/as «hipermegamolones», compañeros que serán tus amigos… DESPIERTA.  Hacer prácticas o participar en proyectos de manera voluntaria te ayudará a conocer de primera mano el trabajo que quieres realizar.

La realidad es tozuda.

Yo puedo querer ser Claudia Schiffer (no corras a ver mi foto…;) pero después de unos años decidí que la empresa sería imposible, por altura digo… Fuera de bromas, cuanto más alejada está la posición o el área al que te quieres dedicar, es más probable que el tiempo y el esfuerzo requerido sea mayor, así como las posibilidades de encontrar el puesto de tus sueños sean menos.

Realista con tu edad.

Son muy pocos los que hacen una carrera o especialización en menor tiempo del establecido por universidades y otras instituciones, siempre cuento el caso de alguien que me dijo que quería ser médico con 56 años, con tan sólo un graduado escolar, hagan números… La planificación temporal de los objetivos en el cambio de carrera han de ser realistas y medibles, todo lo demás suele ser palabrería. La frase motivacional de que se puede ser lo quieras cuando quieras, hay que tomarla con mucho sosiego.

Sabes más de lo que crees.

Esa pregunta «tan tonta» para muchos,  en las que los psicólogos o los consultores preguntamos cuáles son tus actividades más exitosas tiene mucho que ver con este proceso, por ejemplo, economistas con altos conocimientos de diseño gráfico. A priori, sólo consideramos nuestras capacidades laborales en nuestro entorno laboral, pero de nuestros hobbies, aficiones y «pasiones» pueden extraerse nuevas competencias y habilidades. Es aquí donde el autoconocimiento entra en valor.

Cómo pongo esto en mi CV.

Cuando uno quiere cambiar de sector, las competencias y habilidades adquiridas se hacen imprescindibles. No se trata de hacer un CV experiencial o cronológico, se trata de hacer un CV funcional, con un análisis previo de competencias comunes y funciones que puedan extrapolarse a otros sectores. La inclusión de un perfil genérico, con posiciones más abiertas es necesario para optar a nuevos sectores y puestos.

En definitiva, un cambio de carrera necesita de un plan, con objetivos y metas y revisiones. Paciencia, realismo y constancia son nuestras competencias más deseadas en este proceso de autoconocimiento y búsqueda de nuestras verdaderas motivaciones profesionales y personales.

¿Estás preparado/a para el cambio?

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