Tal y como rezaba el maravilloso título de la película de Luis Buñuel: «El discreto encanto de la burguesía», hoy me veo obligada a parafrasearla: «El discreto encanto de la Orientación y el Desarrollo Profesional» convirtiendo la discreción en un «must» (qué daño me hacen los blogs de moda).

Para mi el proceso de orientación de un/a profesional es un acto privado y confidencial, tanto si tiene empleo como si no lo tiene. Cuestión distinta, es que forme parte de un plan de outplacement, o plan de desarrollo o búsqueda de empleo; aún así la privacidad y la confidencialidad han de ser claves. Son personas, no números.
¿A qué viene todo este rollo?
Desde hace unos meses, la orientación está de moda y en virtud de esta moda, muchos profesionales se han reconvertido a orientadores, consultores, coaches…
Hasta aquí todo lícito, reconvertirse, reinventarse es una de las competencias clave de los profesionales del siglo XXI, y seamos sinceros, no siempre por gusto, también por necesida (nota a pie de página: ya está bien de soltar a la gente al ruedo del emprendimiento como si fueran esclavos en un circo romano, un poquito de ética profesional y realismo, del que duele).
No lo que ya no es de recibo es que en pos de la marca, los referenciadores, las comunidades, los seguidores y … (me callo una palabra malsonante) se avente toda serie de datos personales en blogs, webs sin ton ni son, con el único propósito de decir lo estupendos profesionales que somos.
Por este, en esta web las opiniones de los clientes son anónimas, para salvaguardar su confidencialidad y su privacidad. No me hace mejor profesional trabajar con un director financiero o con un frutero, eso da lo mismo; lo que importa es qué piensan y para qué les sirve/ayuda mi servicio, quiénes sean y en qué trabajen, adorado lector/a, no hace falta.
Pero la cosa sigue sin acabar aquí, la publicación de la imagen de los clientes para disfrute de curiosos/as y demás «fauna». Podría esgrimirse que le da verosimilitud y también pistas a jefes y compañeros… Creían que aquí se acaba la cosa, pues no, opiniones de usuarios con fotos de bancos de imágenes. ¡Ya está bien! que hay clientes que deben tener triple personalidad y aparecen en más de un listado de opiniones (¡ay!, los «hacedores de contenido»). Si sus rasgos corresponden a otra etnia y lo empadronan en un pueblo de Extremadura (mi tierra por cierto, para no herir a nadie, que está la cosa muy sensible) dan ganas de hacer estudios de fenotipos…
Ten en cuenta que…
La orientación y el desarrollo profesional son mucho más que hacer un CV o venderle la moto de la marca personal. Es un trabajo, que conlleva conocer al usuario y/o cliente, dar pautas y consejos para su mejora. Repito aconsejar y dar orientación, porque el/la cliente en ocasiones está bloqueado/a, perdido/a, cómo para perder su tiempo.
No es maquillaje, no es poner en bonito sus perfiles y CV, no es llenar de palabras huecas y falsas promesas de encontrar empleo, en ocasiones, consiste en hacer bajar a la realidad, reorientar, detectar sus puntos débiles, organizar y poner en marcha un proyecto, la parte dura, la de decir cosas que no gustan o que tienen que cambiar sin herir.
Siento el tono gris, pero cuando recibes clientes a los que se les ha «tomado el pelo» te dan ganas de vocear el nombres de determinados «especímenes» expert@s en desarrollo profesional.
Qué días, qué días…