Ya hablaba hace unos meses de la situación en la que un/a profesional dejaba su puesto y decidía tomar otros caminos, a pesar de que la experiencia es complicada, en muchos casos muy desagradable, existe otra situación a la que nos podemos enfrentar: un despido.

Curiosamente, en las listas de factores y situaciones estresantes suele aparecer en las primeras posiciones, por tanto, sería bueno tener algunas herramientas para manejar esta situación y los sentimientos y emociones que genera, con tal de recuperar las riendas de nuestra trayectoria laboral, o al menos, no «desbocarnos» mucho.

Despedido/a ¿y ahora qué hago?
Despedido/a ¿y ahora qué hago?

Ojo avizor si crees que vas a ser despedido. 

Ser precavido/a vale por dos. Seamos honestos, salvo raras excepciones, todos/as somos capaces de percibir indicios, comentarios y rumores sobre que esta situación pueda producirse. Por tanto, no está de más ir haciendo acopio y organizando la información que me pueda hacer falta.  Que resulta una falsa alarma, pues ya lo tienes para «futuribles»

 

Despedido/a ¿y ahora qué hago?

La situación. Ante todo mucha calma. (y no es un disco de Siniestro Total)

Ahora, si te encuentras en la situación sueltas una carcajada irónica y dices para tus adentros: qué me está contando esta mujer. Pues bien, a pesar de que la situación pueda ser horrible, estresante, difícil, angustiosa, y cualquier otro calificativo que puedas imaginar, tengo que mantener la calma (luego si quieres te subes a tu coche, autobús… y lloras o maldices en arameo) ¿Por qué? Aquí es donde viene una frase popular: la vida da muchas vueltas. Por tanto, a pesar de que te apetezca cantarle las cuarenta al jefe o al Responsable de RR.HH. o responsable (infame) de tu despido, tienes que aceptarlo con «deportividad» por dos cuestiones:

  • La persona que quizás esté ejecutando, si he dicho ejecutando, tu despido no sea la responsable de la decisión del mismo.
  • Puede que en futuro no muy lejano, la misma persona pueda llamarte para otra oportunidad, y no debería quedarse con esta impresión.

Es importante :

  • Conocer el motivo real del despido para aprender y mejorar
  • De qué tiempo dispones para cerrar proyectos, trabajos…
  • En qué condiciones te deja esta situación
  • Si no estás seguro de lo que tu despido indica, consúltalo con un asesor/a
Despedido/a ¿y ahora qué hago?

Controla las situaciones y los pensamientos irracionales.

Sí, ya sé que es fácil decir que no pasa  nada, cuando lo primero que te viene a la mente es tu familia, las facturas, la presión social…

Pero debemos revisar algunas de esas creencias irracionales en un despido:

  • El despido no es el fin, es el final de una etapa, pero no el final de mi carrera profesional y en muchas ocasiones el interruptor que necesitaba para hacer lo que siempre has querido
  • Ser despido no es una etiqueta de por vida, es sólo un estado
  • Todos me señalarán, aquí podemos emplear esa frase tan castiza de: «a todo el mundo no has de caerle bien», por tanto, aprovecha la situación para valorar quién está y quién no
  • Si hubiera hecho esto, si no hubiera dicho,… Empezar a hacer un «remembering» de tu puesto y funciones no te va a ayudar en los primeros momentos y culpabilizarte no es el camino, es mejor revisar posibles errores con perspectiva y no en caliente
  • Estoy mayor, no voy a encontrar empleo porque  no lo he buscado nunca. Nadie nace enseñado/a, es decir, todo se aprende, por tanto, no mermes tu autoestima con pensamientos o actitudes negativas. Que yo sepa todo el mundo tiene la capacidad de aprender y explorar caminos no transitados
  • Es el mejor trabajo que voy a tener. ¿Seguro? ¿Eres Aramis Fuster?
despedido y ahora qué hago

No sin tus amigos/as ni tu familia. Cómo lo digo.

Tus compañeros, tu equipo, la gente con la que has compartido trabajo y años no ha de pagar los platos rotos, por tanto, cuidadosamente coméntales la situación.

Todos sabemos que las noticias vuelan, y las empresas son «ecosistemas de comunicación unidireccional con amplio margen para la acotación» (vamos, que el rumor es política nacional), por tanto, es mejor tomar las riendas y mostrar un afrontamiento efectivo del despido. Da toda la información. Tampoco lo hagas en un bar dónde soléis quedar después del trabajo, las copas suelen alterar «un pelín» las emociones.

Por otro, acaba de venirme a la mente una película que se llama «La vida de nadie« en la que José Coronado, miente compulsivamente a su familia sobre su situación laboral. Ocultar todo esto, es un desgaste brutal, no contárselo a tu familia puede ser una trampa muy perversa, que lleva a situaciones mucho más estresantes que el propio despido. Tú no tienes la culpa, (o puede ser que sí) pero revisar una y otra vez equivocaciones no te permitirán avanzar.

Otra situación que puede darse es la despedida de nuestros clientes, podemos hacerlo vía mail (si son muchos), de manera aséptica.

Si, a pesar de todo, esta situación te supera y su comunicación se hace imposible no dudes en solicitar ayuda a un/a psicóloga/o.

Esto me suena a mantra budista. Sí, aunque te parezca una tontería y quieras emular a Michael Douglas, disparar basura y maldecir contra aquellos que te despidieron, tu antigua empresa, te puede resarcir en un primer momento, pero no te va a solucionar nada.

despedido y ahora qué hago

Controla la ira. No hagas estupideces.

En ese ataque de ira no copies, destruyas o modifiques información o trabajos de tu empresa. No tires por la borda todo el trabajo y la última impresión que se llevan de ti.

Ni que decir tiene, que no utilices tus redes profesionales para escribir un «bonito epitafio laboral», enumerando las bondades (modo ironía on) de tus antiguos jefes, empresa… Haberlos haylos. También piensa que un futuro pueden solicitar referencias, y mentarle la madre o la familia a alguien al que luego van a preguntar sobre ti no es una buena política.

No te pongas justiciero.

Si crees que se cometieron irregularidades o cualquier otras cuestión ilegal, el camino más eficiente es la justicia (las carcajadas al fondo las estoy escuchando desde aquí, qué mal pensados/as sois).

Vuelvo al asunto, en algunas ocasiones se busca la vía legal para depositar toda ira o culpabilizar de cuestiones que nada tienen que ver. Repito, si crees que hay alguna cuestión irregular, consulta antes de meterte en un guerra que no sabes cómo va a terminar (esto de qué me suena…). Tampoco te hagas el bueno/a (por no decir tonto/a) y reclama si crees que algo es tuyo.

Cuando llegues a casa, no te pongas a enviar CV como un loco. Tienes que tener un plan.

El primer día que te levantas no te puedes poner a hacer por hacer o en modo non stop como un/a autómata.

Necesitas un tiempo para la reflexión y la planificación después de ser despedido:

  • Tómate unos días (no sin fecha) para pensar y asimilar la situación. Se trata de un duelo por tanto, tómate tiempo, tampoco te repitas la famosa frase: tengo paro, me lo voy a tomar con calma, no, el mercado laboral tiene memoria pez y nuestros contactos y clientes también
  • Organiza toda la documentación para recibir tus prestaciones, no sería el primero/a que la pierde por falta de conocimiento
  • El tiempo  que tienes no puedes sólo dedicarlo a la vida contemplativa. Realiza alguna actividad, pero no sólo ir a la compra, limpiar tu casa o meterte un atracón de series de Netflix.

Una vez que hayas reflexionado,  tendrás que hacerte un plan ante tu despido:

  • Dónde estoy. Análisis de la situación actual
  • Qué quiero hacer  realmente. Posiciones a las que puedo aspirar, cambio de sector, quiero emprender….
  • Qué necesito. Formación, experiencia, habilidades…
  • Qué se hacer.  Todo lo que he ido aprendiendo a lo largo de mi vida laboral
  • Voy a necesitar un portfolio, cartera de clientes…
  • Cuáles son mis carencias y cómo puedo solventarlas
  • Herramientas actualizadas: CV, perfiles, bases de contactos, headhunters…
  • ¿Puedo solo o necesito ayuda? Mentoring, consultores de carrera,…
  • ¿Cuento con un plan de outplacement? ¿Qué opciones contempla?
  • Agradecer posiciones o puestos que nos oferten, aunque no deseemos formar parte de ellos. No aceptes lo primero que pase por tu manos por miedo o inseguridad
  • Lleva un agenda de tareas y objetivos y reevalúalos para modificar acciones
  • Optimiza el gasto, valora la inversión en formación y no te lances a hacer cursos sin un objetivo

Espero que estos pasos te ayuden a un afrontamiento más efectivo de esta situación. No obstante, mucha suerte.

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¿Qué dudas te asaltan?

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  • Yolanda Gil dice:

    Como siempre brillante, has sabido describir con tu humor característico de la difícil situación por la que la mayoría de nosotros pasaremos y que los RRHH debemos afrontar muy a menudo, en la que el ejecutor realiza con unos niveles muy altos de estrés.

    • Hola Yolanda:

      Esa es otra cuestión, es un momento con un alto contenido en estrés tanto por la persona que es despedida, que lleva la mayor parte, como por la persona que lo lleva a cabo. La cuestión primordial es para la primera no dejarse llevar por la emociones y para la segunda controlar las suyas.

      Gracias por comentar, un abrazo.

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