«Trabacaciones». Me levanto estupefacta ante el último término que los chic@s de RR.HH. hemos acuñado para nuestro diccionario de «eufemismos sobre personas». El término en cuestión es: (tachán, tachán) Trabacaciones (poner cara entre el emoji de asombro o «emoji Munch» y el emoji de llorar, pero no de risa).
Voy a ponerme seria, voy a definir, bueno mejor dicho, veamos cómo definen dicho término:
Trabacaciones:
«Combinar los momentos de descanso con la resolución de asuntos de trabajo más o menos urgentes»
Argumentos para defender las trabacaciones.
El trabajo ya no es lo que era, es más mental y menos físico.
Primera falacia, como no estás segando en un campo de Extremadura a las 12 de la mañana y estás en una oficina con aire acondicionado tienes que trabajar de sol a sol, no te quejes, ¡so vago/a!. Con que te cojas un fin de semana para desconectar pues ya vale. Qué flojitos sois, el ordenador os hace todo y encima paráis a tomar un café. Cuánto daño ha hecho abolir la esclavitud…
Espíritu de servicio y disponibilidad non stop.
Segunda falacia, por qué lo llaman trabajo si realmente es un hobby. Esto entronca directamente con otro de los mantras de nuestro tiempo: trabaja de lo que te gusta y no tendrás que trabajar nunca... Si es que hay días que no me concibo, por qué Señor, por qué…
Mi tiempo es mío y me lo gasto cómo y cuando quiero (leer con tonillo infantil). Mentalidad 7Eleven, luego se extrañan de que la gente hace cosas raras…
Las vacaciones son un lujo.
Tercera falacia. Años de derechos laborales al garete. No te quejes, que tienes trabajo, cómo te vas a ir de vacaciones con la crisis que hemos pasado… Qué es eso de tener vacaciones todo un mes, acabáramos, pues ni que fuésemos el país de nunca jamás.
Hasta el tuétano, grabado a fuego y sangre, trabajo sí, lo de los derechos y eso, a veces y si acaso.
Lo mejor de todo es que puedes combinar descanso y trabajo.
Cuarta falacia. A la m… el mindfulness, con lo que nos ha costado el cursito en la compañía, ya no te digo lo que nos costó el supercoach… Todo el invierno diciéndoles a los trabajadores que si la atención plena, que si se tienen que centrar, que si una tarea… y ahora les decimos que pueden hacer dos cosas y ser «megasuperfelices». Órdenes contradictorias.
El cerebro lo llevamos al punto del colapso, ¡ah! que no, que como no es trabajo físico no pasa nada. De los riesgos psicosociales y los trastornos psicológicos asociados al trabajo no hablamos, para qué.
Las vacaciones no pueden ser taaaaaan largas.
Quinta falacia. Mejor cortito y aprovechado, que te pases medio mes por ahí,como no es trabajo físico, en una semanita lo tenemos arreglado. Estas y otras mil excusas para fomentar la culpabilidad de los profesionales, que reducen su tiempo de vacaciones y estigmatizan a los/as compañeros/as que deciden disfrutar de períodos más largos.
Las nuevas tecnologías serán tus mejores compañeros de viaje.
Sexta falacia. Que nos la han colado, por todo el morro, con premeditación y alevosía. Y ahora van los franceses y regulan (limitan) el tiempo para responder al móvil y al correo electrónico, en Axa ya lo han regulado. Hay que ver estos franceses, lo vagos que son… Nada como estar en la playa de Benidorm contestando e-mails, mientras a tu niño le pica una medusa, son «new experiences» o «new vibes» que incrementan tu «background» como profesional y tu «seniority» FYI (modo ironía on).
Que dice la «Rubia» que ella no se va.
Bonus track. Cómo me gusta esta mujer y su libre albedrío. Dando ejemplo, lo más triste es que no es la única. No comments.
Pues así está el patio señores/as, con media España de vacaciones, la otra trabajando y una élite que se va de «trabacaciones», porque el trabajo dignifica, es que la gente tiene muy poco aguante. Por qué será que a días me siento como un cangrejo…
Disfruten, que lo «mejor» está aún por venir.
(Abstener de la lectura de este post, faltos/as de ironía, sarcasmo, humor y sentido crítico, au revoir).